Honorato Justicia Muñoz obtiene la máxima calificación en la defensa de su tesis doctoral, codirigida por la Dra. Mª Ángeles Villegas Broncano (IH)
Honorato Justicia Muñoz obtiene la máxima calificación en la defensa de su tesis doctoral 'Estudio de materiales y caracterizaciób de alteraciones para restauración arquitectónica. Colegio máximo de Cartuja de Granada' con la calificación de Sobresaliente cum laude.
Los directores de la tesis han sido: Jorge Alberto Durán Suárez (Facultad de Bellas Artes, Universidad de Granada) y Mª Ángeles Villegas Broncano (Instituto de Historia, CSIC, Madrid) y los Miembros del tribunal: Alfonso el Río Almagro (presidente, Universidad de Granada); Antonio Sorroche Cruz (vocal, Universidad de Granada); Silvia López Rodríguez (vocal, Universidad de Málaga); Cristina Gil Puente (vocal, Universidad de Valladolid); Miguel Ángel Moleón Viana (secretario, Universidad de Granada).
Resumen de la tesis: "El Colegio Máximo de Cartuja, situado en Granada, constituye un referente clave en la historia educativa, cultural y arquitectónica de España. Su origen se remonta al siglo XVI, cuando fue fundado como centro de formación por la Compañía de Jesús. Durante siglos, los jesuitas jugaron un papel fundamental en la expansión de la educación superior en Europa, y el colegio granadino se convirtió en uno de sus principales bastiones en Andalucía.
La historia del colegio ha estado marcada por varios periodos de transformación. La expulsión de los jesuitas en 1767, decretada por el rey Carlos III, interrumpió su actividad original, aunque el edificio continuó siendo utilizado con distintos fines. A su regreso en el siglo XIX, los jesuitas reanudaron su labor formativa en Cartuja, aunque los conflictos políticos del siglo XX, especialmente la proclamación de la Segunda República y la Guerra Civil, provocaron una grave disminución en el número de estudiantes y novicios. Eventualmente, el edificio fue abandonado y cayó en un estado de deterioro progresivo.
En 1970, la Universidad de Granada adquirió el inmueble y, a partir de 1983, comenzó a integrarlo en su estructura académica mediante la inclusión de diferentes facultades. Este nuevo uso consolidó su valor no solo histórico y artístico, sino también funcional dentro del patrimonio universitario.
Desde una perspectiva arquitectónica, el Colegio Máximo de Cartuja representa un hito del barroco español, enriquecido por la visión del arquitecto Francisco Rabanal Fariñas. Su enfoque neomudéjar, basado en el uso del ladrillo local y elementos decorativos de inspiración islámica, establece un diálogo entre pasado y presente. Este estilo no solo refleja la identidad granadina, sino que también responde a una lógica constructiva sostenible, mediante el uso de materiales vernáculos y técnicas semi-artesanales. El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1983, consolidando su relevancia en el patrimonio nacional.
Ante su valor histórico y arquitectónico, surge la necesidad de una intervención integral basada en el estudio riguroso de sus materiales y patologías. La tesis doctoral en la que se basa este artículo ha planteado una metodología detallada para documentar la evolución del edificio, identificar los materiales empleados, analizar las técnicas constructivas originales y comprender las alteraciones sufridas con el paso del tiempo.
Este enfoque interdisciplinar ha incluido análisis físico-químicos, estudios de procedencia de materiales, análisis petrográficos y técnicas como la difracción de rayos X o la microscopía electrónica de barrido. Estas herramientas han permitido determinar la naturaleza de los deterioros —como la erosión del mortero, el crecimiento de costras biológicas o el uso de materiales ajenos al diseño original—, así como los factores ambientales y humanos que los provocan, especialmente en las fachadas más expuestas del conjunto arquitectónico.
A partir de estos hallazgos, se ha desarrollado una propuesta de restauración fundamentada en criterios de compatibilidad material, reversibilidad e integridad histórica. La intervención sugerida se basa en procesos de limpieza, consolidación y eliminación de adiciones inadecuadas, todo ello respetando la autenticidad del edificio y su función como sede universitaria. Asimismo, se propone la creación de una base de datos sobre los materiales y patologías detectadas, útil para futuras acciones de conservación.
En definitiva, el Colegio Máximo de Cartuja es mucho más que un edificio histórico: es un símbolo del legado jesuita en España y de la evolución del pensamiento educativo y arquitectónico en Granada. Aunque ya no cumple su función original, continúa siendo un referente patrimonial de gran valor. Esta investigación y propuesta de intervención buscan asegurar su preservación y puesta en valor, no sólo como monumento, sino como parte activa del patrimonio cultural inmueble, tanto universitario como nacional."
