Noche Europea de los Investigadores de Madrid 2016: "Arte en el Real Jardín Botánico: Patrimonio, Memoria y Creación"

1. Exposición: el entorno del Jardín acogerá las reproducciones de algunas de las obras más significativas de la relación entre el arte y la ciencia a través de los temas tratados en el encuentro con los investigadores. Exposición de 18 paneles en los que se reproducen ejemplos de los temas tratados. Cada investigador/a propondrá una imagen representativa con un breve texto (unas líneas). Se redactará un texto introductorio general que se reproducirá también en los cuadernillos didácticos de la actividad.

2. Taller de cianotipias: La relación entre la naturaleza y la fotografía se explorará en un taller de cianotipias (proceso con el negativo y proceso con el fotograma), dirigido por los profesores de fotografía e historia del arte Mónica Carabias, Francisco José García Ramos, José María Ruiz Albalá y Evangelina Esparza. En él 15 personas podrán familiarizarse con el proceso de creación fotográfica de esta interesante técnica tan ligada a la relación entre el arte y la naturaleza. El taller tendrá una duración de 3 horas.

3. Encuentro con los investigadores Arte y ciencia / Ciencia y arte: un espacio de intercambio 
Este encuentro con historiadores del arte y de la ciencia tiene como objeto exponer de manera divulgativa, dialogar y debatir con el público acerca de las investigaciones que ponen en valor la relación entre el arte y la ciencia, y del papel del Jardín Botánico como espacio de encuentro y difusión de estas cuestiones, a través de varias líneas temáticas:

3.1. Arte y ciencia en los viajes y expediciones de la Ilustración.

3.2. El Jardín Botánico y la Exposición de españoles residentes en París de 1929.

3.3. Imágenes in/ciertas: vínculos entre el arte y la ciencia en la creación contemporánea. El caso de Joan Fontcuberta.

3.4. La flor del Narciso. Entre el arte y la ciencia. Una ventana abierta a la obra de Anna Atkins y Evangelina Sparza.

«Esa sombra que estás viendo es el reflejo de tu imagen. Nada tiene propio; contigo llega y se queda; contigo se alejará si puedes tú alejarte». Junto al trágico destino al que se ve avocada la joven corintia a la que alude Plinio el Viejo en su Naturalis Historia, esta advertencia que Ovidio plantea a Narciso atraviesa con fuerza el histórico anhelo del ser humano por capturar y fijar para siempre toda imagen reflejada en el espejo. Así surgía uno de los más importantes relatos míticos sobre el origen de la pintura, que tenía como consecuencia el nacimiento de una flor. Arte y naturaleza quedaban vinculados para la posteridad en una alianza de inspiración y nutrición recíproca. De los bodegones flamencos al paisajismo británico, del dibujo científico que acompañó las expediciones al uso de la pintura à plein air que acompañó el origen de la modernidad, el arte ha sido el medio que ha tratado de capturar para siempre lo efímero y lo caduco de la naturaleza. Era esta además una alianza que entroncaba con el nacimiento mismo de la fotografía.

De hecho, algunos de los fotógrafos pioneros, como William Fox Talbot, llevaron a cabo investigaciones con el objetivo de conseguir un método para que la naturaleza se dibujase a sí misma. Anna Atkins, por ejemplo, aplicó el proceso de la cianotipia para resolver las dificultades que suponía realizar dibujos precisos de los especímenes botánicos. En 1843 autoeditó su primera entrega de dibujos fotogénicos de algas en lo que sería el primer libro de la historia ilustrado exclusivamente con fotografías. Este afán por superar la tradicional ilustración científica de flores y plantas en aras de un herbarium heliográfico llevó a Atkins, ya en colaboración con Anne Dixon, hacia lo que sería uno de los mayores retos de la historia de la ilustración científica en el ámbito de la botánica: dibujar fotográficamente —mediante la técnica de la cianotipia— todas las flores, plantas, algas y helechos de las Islas Británicas.

Naturaleza y arte se han indo entrelazando así a lo largo de la historia, una relación que ha explorado desde su fundación el Real Jardín Botánico, tradicional espacio de encuentro de científicos, artistas e intelectuales. Este jardín, heredero simbólico de la custodia de aquel primer narciso, motiva así un diálogo entre lo poético y lo científico, lo pictórico y lo fotográfico. Por un lado, nos habla de este sueño por alcanzar la máxima perfección a la hora de representar científicamente la realidad visible en una imagen. Por otro lado, nos ilustra cómo el artista, desde una visión crítica, se ha servido de las reflexiones, las técnicas y los resultados científicos para construir otras realidades más allá de las leyes naturales.

Así, con motivo de la celebración de la Noche de los Investigadores, el Real Jardín Botánico y el Instituto de Historia del CSIC se unen para poner de relieve las sugerentes relaciones entre la naturaleza y el arte, evocando las históricas exposiciones albergadas en sus edificios y las célebres tertulias de quienes se congregaban a la sombra de sus magníficas y variadas especies naturales. Para ello, el espacio del Jardín acogerá una exposición y un encuentro con investigadores en los que se presentarán algunos de los hilos temáticos que atraviesan la relación entre el arte y la ciencia y que conforman el entramado reunido en el Real Jardín Botánico.

De este modo, las ilustraciones de las expediciones al Nuevo Mundo de José Celestino Mutis y otros dibujos científicos conservados en el Archivo del Jardín, como los de la artista botánica Paula Millán Alosete, se relacionarán con las obras de los artistas de la vanguardia y de creadores contemporáneos. Se prestará una atención especial al espacio del Jardín como lugar de encuentro y difusión del arte, a través del caso paradigmático de la Exposición de los artistas españoles residentes en París de 1929, pues fue en el Pabellón Villanueva donde se mostraron las vanguardistas novedades de creadores como Picasso, Miró, Dalí, Pablo Gargallo, Alberto Sánchez, Francisco Bores y Juan Gris y otros miembros de la llamada Escuela Española de París. Además, se reflexionará acerca del patrimonio cultural del Jardín en un momento clave como fue la Guerra Civil, cuando tanto los edificios como las especies naturales y las obras artísticas y científicas conservadas en su interior sufrieron las consecuencias de los bombardeos y fueron objeto de iniciativas para su salvaguarda y protección. Por último, se presentarán los casos de creadores contemporáneos que dialogan con teorías, recursos y resultados científicos en su obra reciente.

A su vez, la relación entre la naturaleza y la fotografía se explorará en un taller de cianotipias –proceso con el negativo y proceso con el fotograma–, dirigido por profesores de fotografía e historia del arte. En él, quince personas podrán familiarizarse con el proceso de creación fotográfica de esta interesante técnica tan ligada a la relación entre el arte y la naturaleza. El taller tendrá una duración de 3 horas.

En definitiva, con el aroma del narciso en el particular entorno del Real Jardín Botánico, la Noche de los Investigadores acogerá el encuentro del público con distintos historiadores del arte y de la ciencia, a propósito de estas sugerentes relaciones entre la pintura y la flor, el arte y la ciencia, a través del patrimonio, la memoria y la creación contemporánea.